Un auto y una moto, dos imputados de participar en la compleja logística del doble crimen en el que, además del líder del paravalanchas auriazul, fue acribillado su ladero Raúl “Rana” Attardo. Y su celular, que retiraron otros del lugar del hecho y no aparece
Aún no identificaron quienes fueron los que el 9 de noviembre último terminaron a balazos con la vida de Andrés “Pillín” Bracamonte, líder de la barra brava de Rosario Central, y de su ladero Raúl “Rana” Attardo. Pero sí a dos de los que facilitaron la logística de los sicarios: Alejandro «Cani» Zamudio y Alejandro Vázquez. Eso surgió en la audiencia imputativa desarrollada este jueves.
La instancia fue encabezada por el juez Hernán Postma, y duró varias horas. Ante el magistrado, los fiscales Georgina Pairola y Luis Schiappa Pietra detallaron pormenores del crimen en base a la investigación.
Según las escenas que pudieron reconstruir, los sicarios llegaron en un auto y escaparon en una moto.
El Air Cross y la Honda Twister en Avellaneda y Reconquista
Pairola y Schiappa Pietra relataron que los que dispararon fueron llevados hasta bulevar Avellaneda y Reconquista en un Citroën Air Cross blanco desde la casa que Cani Zamudio, un conocido integrante de la barra canalla, habita en barrio 7 de Septiembre.
Precisamente, la zona donde hace tres años comenzaron a hacerse fuertes Los Menores, banda está bajo la lupa como presunta instigadora del doble crimen.
La hipótesis es que en esa dirección –Sánchez de Loria al 600 bis– o en sus inmediaciones se citó a los sicarios. Después de los disparos, el vehículo regresó a la misma vivienda.
El Air Cross fue incautado en los allanamientos que llevó a cabo la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) en Rosario y Granadero Baigorria el pasado 13 de marzo.
Además, cámaras de seguridad captaron al vehículo cerca del sitio del crimen alrededor de las 21, unos 40 minutos antes del ataque.
Luego de acribillar a Pillín y Attardo, los gatilleros huyeron a la carrera por Avellaneda, que estaba a oscuras en ese momento, hasta Almafuerte. En esa esquina los esperaba un tercer participante en una moto Honda Twister blanca de 125cc.
La moto, con los tres, la emprendió hacia el oeste. Abandonaron la Twister en Almafuerte al 1100, a unas cuatro cuadras.
Doble crimen con muchos participantes
De todos modos, Pairola aclaró que aún queda mucho por dilucidar. “Hay muchas personas que participaron” de la organización y ejecución del doble crimen, explicó.
“Algunos participaron en algún rol en particular, algunos fueron los que instigaron este hecho y otros lo idearon. La intención de la fiscalía, y por supuesto lo que corresponde, es llegar hasta las últimas consecuencias en esta investigación”, afirmó.
La fiscal agregó que están siendo peritados los teléfonos celulares de Zamudio y Alejandro Vázquez, imputados como parte del grupo que aseguró la logística para los asesinatos.
Un celular clave que no fue encontrado y más bajo la lupa
Vázquez, por su parte, está implicado en otra causa, aunque en la Justicia Federal. Hace una semana, los fiscales Federico Reynares Solari, Santiago Alberdi y Matías Mené lo nombraron como responsable de acopiar los 67,7 kilos de marihuana que fueron secuestrados en dos propiedades en la zona oeste.
La causa principal tiene derivaciones. Una de ellas apunta a Leopoldo «Pitito» Martínez, a quien se lo consideraba el ladero y sucesor de Pillín. Está con prisión preventiva por hurto agravado, falso testimonio y encubrimiento desde el 26 de diciembre. Lo acusan de haber retirado del lugar del doble crimen el celular de Attardo.
El primo de Pitito, Marcelo Martínez, también quedó detenido por complicidad. Y lo mismo Leila Navarro, hija de Julio César «Cara de Goma» Navarro, otro que secundó a Bracamonte en el paravalanchas auriazul hasta que fue asesinado en 2016.
Para los fiscales, ellos se llevaron una riñonera con las pertenencias de Attardo, incluido su celular Xiaomi Redmi Note S9. La pesquisa apunta a que se la entregaron a Leila, quien la tenía en su casa de zona norte.
Sin embargo, el teléfono no fue hallado. Un faltante de relevancia, porque el dispositivo, sospechan, guarda información clave para avanzar en la investigación.