Por Candela Ramírez
El próximo 13 de abril, Lisandro Cavatorta compite en las Paso para el Concejo por la lista Resolver dentro del espacio Erre (Resolver Rosario). Busca renovar su banca, la que ganó por primera vez en 2021 después de más de veinte años de conducir un programa de televisión.
Va por fuera de la coalición «oficial» del Partido Justicialista, que reúne a algunos sectores del peronismo junto con Santa Fe sin Miedo, secundado por la también edila Julia Irigoitia. En diálogo con El Ciudadano Cavatorta afirmó: “Hay que bancar al peronismo en las buenas y en las malas, sobre todo en las malas que fueron cuando gobernábamos, nos mandábamos cagadas y había que gestionar. Había que poner la cara, había que responder. Ahí estábamos los peronistas en el Concejo, yo como presidente del bloque justicialista bancando al espacio donde había que bancarlo, que era el recinto municipal en el Concejo. Mientras todo el tiempo escuchaba a los demás el año pasado, por ejemplo, diciendo: «No tenemos nada que ver con el peronismo, con el gobierno de tal». Yo le dije a una concejala: «Cuidado porque el año que viene le van a tener que ir a pedir los votos a los peronistas». No se puede utilizar al peronismo solamente en una coyuntura electoral”.
—¿Qué diagnóstico hacés hoy de la ciudad? ¿Cuáles son tus principales preocupaciones?
—Yo percibo a partir de lo que la gente me dice. Lo que siento es lo que la gente me transmite porque como periodista ya tengo el vicio de la escucha, entonces te diría que es un momento de la política más para escuchar que para hablar.
Encima en las campañas electorales se habla mucho. Y me parece que es un momento de escuchar, de percibir y ya tengo esa gimnasia. La semana pasada estaba en barrio Alvear y una mujer me dijo: «Mientras espero el pavimento definitivo, tapame el bache». ¿Viste? Como que todo bien con el pavimento definitivo, pero tapame el bache.
Por supuesto que lo que hay que hacer es pavimento a nivel definitivo y yo creo que hay que hacer las dos cosas al mismo tiempo, pero ahí me di cuenta que también la ciudad puede tener obra pública que es bienvenida, pero no está funcionando. El problema de la ciudad, lo que percibo y lo que trabajo todos los días, es que la ciudad no está funcionando en su vida cotidiana.
Hoy seguramente a la mañana, alguien se levantó para llevar a los chicos al colegio y seguramente se comió un bache y después llegó a una bocacalle y había una obra de la EPE y se enteró en la bocacalle y se armó un quilombo de tránsito, y después lo llamó la madre que se había caído en la vereda porque está rota y se esguinzó y después un compañero tiene basura en la puerta de su casa por un contenedor rebalsado o después de la tormenta a alguna persona se le cayó un árbol encima del auto, que es lo que sucedió en la última tormenta.
Entonces, se le está haciendo muy cuesta arriba la vida cotidiana en el funcionamiento de la ciudad. Bienvenidas las obras, pero también la ciudad tiene que funcionar en su vida cotidiana, tiene que haber un nivel de funcionamiento básico: que la gente salga a la mañana, vaya a llevar a los chicos al cole, vaya a trabajar, a estudiar, a comprar, salga a la noche, gaste, vuelva de trabajar, vuelva de estudiar y que el colectivo llegue. Estas cuestiones básicas de la ciudad, ese es el gran problema.
Yo que soy periodista hace 30 años en Rosario vi perfectamente toda la ola de violencia que se venía, pero también cómo en los últimos siete u ocho años se fue degradando en la vida cotidiana de los vecinos. Hoy un problema de alguien que vive en Santa Fe y Moreno es el mismo que tiene alguien que vive a lo mejor en Tablada: mugre, basura, baches, problemas cotidianos. Y para esa persona que se le cayó el árbol en el auto, ese es su principal problema, se olvidó de la inseguridad, se olvidó de llegar a fin de mes. «Un árbol se cayó arriba de mi auto» y para una persona que se le cayó la esposa que es una persona mayor y se rompió la cadera, ese es su principal problema, que las veredas están rotas. Y alguien que nos esté leyendo ahora estará pensando «Mi problema es que no hay estacionamiento de motos y que tengo que dejar la moto en cualquier lado con una linga y lejos del laburo».
Entonces, están los grandes problemas de la ciudad pero sobre todo los problemas cotidianos de la gente, esos básicos son los que más percibo y por supuesto para cada uno de esos problemas nosotros tenemos una propuesta, una gestión y una posibilidad.
—¿Cuáles son tus principales propuestas para esta nueva gestión?
—Un concejal en ejercicio no tiene que prometer ni proponer, tiene que decirle a la gente que lo googlee y ya está. Tiene que mostrar lo que hizo. Lo que propuso, lo que trabajó o lo que gestionó. Ahora nos van a inundar de promesas y de propuestas, a mí me aburre un poco eso. Todas las campañas electorales, todos más o menos decimos lo mismo.
Lo importante es decirle a la gente: cuando no tengas nada más importante que hacer, poné Lisandro Cavatorta en Google o en YouTube. Y poné en YouTube cualquier problema de la ciudad y poné al lado Cavatorta o Bótelos y vas a ver que ya estuve ahí sintiendo los problemas.
Pero por ejemplo, ninguna de las propuestas que te voy a hacer ahora las hago ahora, sino que todas son del año pasado o del anterior.
—La idea es continuar las cosas que ya venís trabajando.
—Sí y no proponer en campaña. En campaña proponemos cualquier cosa, todos proponen en campaña. Lo importante es lo que hiciste. En tema veredas, por ejemplo, nosotros propusimos que si vos hacés un reclamo por una vereda que un árbol te está rompiendo o si un árbol te está rompiendo la pared de tu casa, si no hay una respuesta en los próximos tres meses empezás a pagar menos TGI. ¿Sabes por qué? Porque somos hijos del rigor. El municipio nos dice a nosotros cuando nos portamos mal en el tránsito, nos escracha con una foto y nos cobra una multita para que nos portemos mejor. Y cuando a vos te tocan el bolsillo te empezás a portar mejor. Eso también corre para el municipio, ¿por qué no corre para la Muni? ¿por qué corre para el vecino y no para la Muni?
Cuando la Muni no responde, ni siquiera digo que solucione, pero si a vos se te quema la luz de alumbrado público de tu cuadra y no tenés respuesta en las próximas 48 horas, ya tenés el derecho de empezar a pagar un poco menos de TGI. No que te la cambien pero que te respondan.
—¿Y este proyecto de cuándo fue? ¿Ya se aprobó?
—No, nada. El oficialismo, el intendente tiene mayoría automática en el Concejo, salen muy pocos de nuestros proyectos. Pero bueno, presentamos de todos los temas.
Sobre la inseguridad, por ejemplo, uno de los temas es que aumentó un 600% el delito en los encuentros en la compra venta vía Marketplace. Es enorme lo que aumentó. Hubo muertos en Santa Fe, heridos en Rosario. Entonces: nosotros dos nos comunicamos por Marketplace, esta partecita de Facebook, pero en algún momento tenemos que encontrarnos, vos me contás qué vas a vender, yo lo que puedo pagar, me contás las cualidades del producto pero en algún momento nos tenemos que encontrar y uno lleva un producto caro y el otro lleva mucho dinero en efectivo. Ese delito, en el momento del encuentro, aumentó un 600% en la provincia de Santa Fe. Yo llevo la moto, vos llevás la plata, te mato y me quedo con la plata y la moto.
Nosotros presentamos una ordenanza que se llama entrega segura, que en los centros de distritos municipales o en todos los lugares videovigilados con seguridad pública haya lugares de entrega segura. Que vos puedas pactar con la otra persona una entrega segura en esos lugares. Ya hay videovigilancia y seguridad, no hay que pagar nada más. Si ya el otro dice: «No, ¿por qué no nos encontramos en la esquina de mi casa?». Y no, ¿por qué? Entonces ahí ya ves que es sospechoso.
Nosotros presentamos, por ejemplo, descentralizar las áreas de control municipal. Ya no puede haber una Secretaría de Control municipal como la que tenemos. Es un papelón la infraestructura que tenemos en esa secretaría. No su director, que trabaja mucho y sus trabajadores, que le ponen el cuerpo. Diego Herrera está sobre los temas.
El tema es que tenemos las mismas camionetas de control urbano de los últimos diez años. No se han comprado camionetas ni motos. Las motos de la Secretaría de Control municipal son del 2015. Hay muchas camionetas y motos que deberían hacerse multas a sí mismas. Es fuerte.
La Secretaría de Control que te hace un acta a vos y a mí, los trabajadores me dicen que deberían hacerse multas a sí mismos porque no le anda el guiño, porque las gomas están lisas. ¿Por qué? Porque son un desastre. Nosotros presentamos varias ordenanzas, una es reformular todas las áreas de control municipal quintuplicando el presupuesto. Con el presupuesto de las áreas de control municipal no se puede controlar nada.
Insisto, no por los trabajadores sino por la capacidad operativa que tiene la Secretaría de Control, que tiene el presupuesto de una ciudad como Casilda y tiene las camionetas y motos de una ciudad como San Nicolás. Un papelón.
—En relación con el transporte público, ¿qué proyectos tienen?
—Debe ser de las últimas buenas noticias que tuvo el transporte público en Rosario en los últimos 25 años: la llegada de la Sube. Lo gestioné yo personalmente con el ministro Diego Giuliano (gestión Alberto Fernández). Juntos trajimos la Sube. No lo hizo el intendente, no lo hizo el Ente de Movilidad, lo hicimos el ministro Giuliano de la gestión anterior y yo pidiendo en la oficina: «Hay que traer la Sube a Rosario». Y pudimos hacerlo. Si hoy no estaría la Sube en Rosario, no habría sistema de transporte público.
Por eso yo ahora te puedo decir mis propuestas en transporte, pero lo que me gustaría decir es lo que hicimos. Que si hoy no habría el servicio de Sube, jubilados y pensionados no obtendrían el 55% de descuento de Argentina en la ciudad de Rosario. También ex combatientes de Malvinas y empleadas domésticas tienen subsidios.
Hoy si no habría Sube habría colapsado el sistema de transporte público, así como lo escuchás, porque es la única manera de subir gente al colectivo porque tienen ese descuento. Logramos traer la Sube y fue una de las buenas noticias.
Después el sistema de taxis es el otro gran problema de la ciudad. Nosotros creemos que Uber es irreversible, el municipio no controla Uber no porque le guste sino porque le sostiene el sistema de transporte. Si no habría Uber nos quedaríamos todos encerrados en bares, en restaurantes, no iríamos a trabajar de noche. Hoy no habría casi movilidad nocturna si no estaría Uber. Así que les digo a todos los tacheros amigos que hay que defender el trabajo, hay que lograr que no paguen nada, que estén en igualdad de condiciones con Uber. Hay que tratar de evitar que Uber siga creciendo. Para mí es irreversible, pero que se queden tranquilos que no es que les guste Uber sino que les sostiene el sistema transporte público al municipio, sobre todo por las noches. Porque la mayoría de la gente por las noches no llama a un taxi, llama a un Uber y me parece que que hay que trabajar para igualar la competencia entre el taxi y Uber. Hay que ir en esa dirección.
Por ejemplo, que los taxis paguen cada vez menos o nada y que Uber pague si quiere trabajar en Rosario.
—¿Cómo están pensando el tema de la basura, su control, los distintos tipos de containers?
—Es un problema recontra complejo porque yo todo el tiempo estoy limpiando microbasurales, hoy en los barrios no vas a ver casi ningún contenedor que no tenga basura al lado. Sobre todo en los barrios, aunque el centro también pasa. La ciudad está sucia, tiene mal olor en algunos lugares y en cada contenedor vas a ver basura en los costados. Pero ¿sabés cuál es la verdad? Son los propios vecinos y los carreros los que van tirando. Yo limpio pero a la semana se vuelve a hacer.
—¿Los vecinos y carreros hacen qué?
—Son los que hacen rebalsar el contenedor. Porque el contenedor está al límite, entonces, viene el vecino y tira al lado porque está lleno, viene el carrero, saca toda la basura, el chico de los carros la vuelca al borde.
Este año se termina el pliego de basura y me parece que es un año extraordinario para poder reformular el sistema de contenerización de la ciudad. Muchos están a favor, otros están en contra. El contenedor, si no está en todos los lugares, lo que termina haciendo es generar un microbasural.
Muchos de los microbasurales se hacen a partir de un contenedor rebalsado, entonces o ponemos más contenedores o hacemos un sistema de recolección puerta a puerta, casa por casa. El contenedor funciona si hay muchos, si no es una invitación en los barrios sobre todo a que se forme un microbasural. Pero el Estado tiene que limpiar todo el tiempo.
La gente tira basura donde ve basura. Rompe lo que ve roto. Ensucia lo que ve sucio. No debería ser así, pero somos así. Esa es la realidad. ¿Vos ves un piso limpio y tirás un papelito? A lo mejor no tirás nunca, yo tampoco, pero si vos ves el piso reluciente no tirás basura. Si estás parado arriba de un basural, capaz que tirás un papelito de chicle. Si el Estado estaría presente más eficientemente, cuando limpiás el microbasural, hacés una plaza de bolsillo, ponés unos banquitos, iluminás, entonces la gente misma del barrio va a empezar a cuidar ese espacio. Ahora, si vos limpiás y hay mugre alrededor y no ponen otro contenedor y tengo que caminar dos cuadras para tirar la basura, bueno, es un sistema que no termina nunca. Insisto, no seamos hipócritas, muchos de los microbasurales que hay en los barrios de Rosario se hacen porque muchos vecinos tiran basura porque ven basura y porque la Municipalidad no hace nada con ese espacio.
—Esta fue tu primera gestión como concejal, este año se cumplen los cuatro años. ¿Con qué te encontraste al llegar al Concejo?, ¿qué esperabas y qué pasó?
—Yo me metí en este quilombo de la política porque me cansé de hacer siempre la misma nota y que nunca cambie nada. Lo digo sinceramente, yo era feliz haciendo Bótelos, me encantaba, lo volvería a hacer en cualquier momento. Si quisiera, podría volver a hacerlo en las redes, en el streaming, no habría problema y andaría bien. La gente me reconoce y me quiere por Bótelos. Yo sentí que me metí porque muchos de los problemas vos y yo lo podemos hacer mejor.
Me di cuenta que no estaban los mejores ahí. No necesariamente los que se postulan somos siempre los mejores. Muchos de los que trabajamos en el privado, sabemos lo que es cubrir un descubierto o pagar un sueldo o la tarjeta o pagar el alquiler del estudio, pagar cuentas, mantener gente, liderar equipos. Si vos no lo hiciste en algún momento y solamente hiciste política desde siempre, te falta una parte muy importante de la vida cotidiana de la gente.
Es bienvenido el que en algún momento de su vida trabajó en el privado para entender los problemas de la gente real. Labures bien o labures mal. Nuestro sueldo, cuando yo era periodista, si no escribís, si no funciona ni la nota, si no redactás bien, si no trabajás bien, no dura. Se termina el sueldo.
¿Cómo puede ser? Para mí es importante sentir la respiración en la nuca diciendo: «Che, tengo que hacer las cosas bien porque si no me echan o me fundo». Yo tengo una productora audiovisual, soy realizador de contenido y periodista, pero sobre todo soy productor de contenido. Tengo una productora y si no funciona me fundo. Y tener eso de que si no anda bien, si no soy bueno… A nosotros nos fue muy bien, ganamos seis Martín Fierro, mejor periodista, mejor programa de televisión, mejor programa periodístico en los 20 años de Bótelos, 25 nominaciones, nos fue muy bien. Pero si me iba mal me fundía.
Lo que yo encontré en el Concejo es que no necesariamente están los mejores. Hay de todo, como en todas las profesiones, pero mucha gente que estamos laburando en el día a día en el privado lo podríamos hacer mejor. Y ojalá cada vez más gente se meta y participe porque a veces la gimnasia de llegar a fin de mes es muy buena para hacer las cosas bien en política después.
Dicho esto, también digo que muchas de las cosas del Concejo que se conocen son las pavadas, las peleas, las idioteces que se presentan.
Presenté un proyecto para eliminar directamente los (ciudadanos) distinguidos. Perdemos mucho tiempo en esas cosas, distinguidos o interés general o interés municipal.
Pero a veces lo bueno del Concejo no es lo que se emite masivamente por los medios. A lo mejor, El Ciudadano sí lo hace porque le interesan los temas en serio, pero la mayoría de las cosas que trascienden del Concejo, las más interesantes, las más robustas son las más aburridas. Y no son las que trascienden en los medios.
Y después también vi cuestiones que tienen más que ver con el hablar adentro del recinto a la nada misma. Pienso, ¿a quién le está hablando esta gente? Si hay cuatro viéndonos nada más. ¿Con quién discuten? El fracaso de la representación política tiene mucho que ver con el hablar mucho para ganar la discusión, en vez de escuchar más a la gente y a sus problemas cotidianos para que viva mejor. Hay mucho de eso. Está al revés.
—La ciudad asiste a un fenómeno en los últimos años donde muchos periodistas o trabajadores de medios pasan a hacer política; vos sos uno de eso ejemplos.
—Es eso que te acabo de decir: hay buenos y malos periodistas políticos, hay buenos y malos abogados, políticos, hay gente que ha hecho política toda su vida y es muy floja haciendo política y es gente que ha militado toda la vida y no ha hecho otra cosa. Pero insisto, bienvenida la gente que se mete en política porque le aporta una mirada del privado que es muy interesante, porque es la vida real muchas veces.
Ahora, ser buen periodista no es garantía de ser buen concejal. Para nada. Pero tampoco abogado, tampoco médico. Ser buen médico no es garantía de ser buen concejal, ni haber estudiado ciencia política tampoco es garantía de ser buen político. Hay buenos y malos como en todas las profesiones. Sí me parece que los periodistas que hacíamos nuestro trabajo en la calle, escuchando y sintiendo los problemas de la gente ahí donde están los problemas de la gente, tenemos un plus.
Porque no es lo mismo que te que te presenten un problema desde un estudio de televisión como conductor. No, hay que embarrarse, hay que inundarse, hay que sentir lo que siente la gente ahí donde está la gente y yo hacía ese tipo de periodismo. Eso te da un plus, sobre todo porque yo no sé mucho de política, pero sé mucho de gente y de qué es lo que siente.
Con todo lo bueno y lo malo que es el ser humano, pero hay que sentir lo que siente la gente ahí donde está la gente, no desde adentro de un estudio de televisión.