Cuando un grupo de policías llegó la semana pasada a la casa de Miguel S., en el barrio Las Flores Sur, el sospechoso hizo estallar su celular contra el piso. Lo buscaban como el cómplice de un detenido en febrero por la venta ilegal de armas en grupos de WhatsApp. El hombre de 29 años apresado en zona sur fue imputado este lunes por suministrar armas a terceros y por un hecho de amenazas a su ex pareja, delitos por los que estará noventa días en prisión preventiva.
El fiscal Pablo Socca consideró al imputado parte de una sociedad de comercialización ilegal de armas que se descubrió en febrero, cuando un policía advirtió que se ofrecían armas a la venta en un grupo de WhatsApp relacionado con autopartes.
Entonces, policías infiltrados simularon interés en una pistola calibre 40 que se ofrecía a 2.500.000 pesos y el 20 de febrero arrestaron al vendedor, Facundo B., tras una entrega controlada en la ciudad de Villa Gobernador Gálvez.
El secuestro del teléfono de B. condujo a la detención de Miguel S., apresado el martes de la semana pasada por la Policía Federal en su casa de Hortensia al 1900, en el barrio Las Flores Sur. Los efectivos secuestraron dinero en efectivo, un auto, una moto, celulares y documentación. El detenido hizo estallar su celular contra el piso cuando vio llegar a la policía. De todas maneras el aparato siguió activo, con la pantalla astillada.
Diálogos por celular
La investigación había llegado hasta él porque en diálogos habituales por celular con Facundo B. se ofrecían entre sí armas de fuego de distintos calibres. Miguel S., por ejemplo, avisó que tenía a la venta un revólver calibre 38 a 400 mil pesos.
Días después, en julio de 2024, el otro joven le ofreció un revólver calibre 22 “de ocho tiros, no falla uno”. “Chiquitito, lo encanutás en cualquier lado, en cualquier lado lo metés, en la zapatilla, donde quieras lo metes”, le comentó y aseguró que lo vendía a 250 mil pesos.
En una audiencia realizada el lunes en el Centro de Justicia Penal el fiscal Socca imputó a S. por la provisión ilegal de armas agravada por la habitualidad, la entrega ilegal de un arma, encubrimiento agravado por el ánimo de lucro y amenazas simples. El juez Rodrigo Santana consideró formalizada la audiencia y dictó la prisión preventiva del acusado hasta el 1º de julio próximo.
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Robada un policía
De acuerdo con la imputación, los detenidos y otras personas aún no identificadas comercializaban armas y municiones de distintos calibres, actividad que duró al menos desde el 13 de julio del año pasado y que se concentró en la localidad de Villa Gobernador Gálvez. En concreto, a S. se le reprochó haber entregado a B. una pistola calibre 40 marca Bersa Thunder cuando ninguno de los dos está inscripto como usuario de armas ante la Agencia Nacional de Materiales Controlados (Anmac).
El arma es la pistola que llevaba B. al ser detenido en avenida La Plata y San Lorenzo de Villa Gobernador Gálvez. Ese fue el sitio de encuentro que propuso a los policías encubiertos, quienes llegaron hasta allí siguiendo la ubicación en tiempo real que el sospechoso les compartió a los supuestos interesados. Al detenido ya le habían allanado su casa de esa localidad en octubre. El arma incautada tenía pedido de secuestro activo y había sido robada en 2014 a un empleado del Comando Radioeléctrico de la policía provincial. Además le incautaron dos cajas con 79 cartuchos marca Magtech.
Por último, S. fue imputado por haber intimidado a su expareja el 1º de marzo de 2024 a las 22.40 frente a la casa de la mujer, así como haber forzado el portón para entrar a la vivienda la madrugada del 9 de marzo pasado; hechos que se consideran cometidos en un contexto de violencia de género.