Por Paulo Menotti- Especial El Ciudadano
La batalla de la Vuelta de Obligado, del 20 de noviembre de 1845 cerca de San Pedro en provincia de Buenos Aires, fue presentado por parte de la historiografía como una defensa de la soberanía nacional por parte del entonces gobernador bonaerense Juan Manuel de Rosas, mientras que otra parte de historiadoras e historiadores expresó que fue más bien un acto de defensa de los intereses del propio gobernador o de los bonaerenses frente a los de las provincias del Litoral. Ese debate historiográfico, sin embargo, no da cuenta de un posterior encuentro bélico que sucedió en el territorio santafesino, la batalla de Punta Quebracho el 4 de junio de 1846, también sobre las barrancas del río Paraná, pero cerca de la actual localidad de Puerto General San Martín.
Este acontecimiento ya fue reivindicado y recordado, aunque no tenga la merecida trascendencia nacional su importancia. Para subrayar la magnitud de este hecho, el profesor de Historia Sergio Paz escribió la obra teatral «Punta Quebracho», la segunda independencia, que será presentada este sábado 10 de mayo, a las 21, en la sala Bernardo Perrone (Entre Ríos 510, San Lorenzo). En una entrevista con El Ciudadano, el autor brindó sus razones de por qué es necesario recrear este hecho.
—¿Por qué hacer una obra de teatro sobre la batalla de Punta Quebracho?
Siempre hacemos historia desde el presente y hoy más que nunca estamos poniendo en debate el concepto de soberanía. La batalla de Punta Quebracho termina coronando la Guerra del Paraná entre la Escuadra Anglo-francesa y la defensa de la Confederación (Rosista) estaba a cargo de
Lucio Mansilla. Se suceden una serie de enfrentamientos armados y la batalla de Punta Quebracho, acá en Puerto General San Martín, es la última. El 4 de junio de 1846 es la coronación, el triunfo sobre ingleses y franceses, y después de ese acontecimiento ya no querrán seguir guerreando, incursionando sobre el Paraná. Recordemos que durante la Confederación Argentina liderada por Rosas (1829-1852), los ríos del interior no eran navegables para las potencias extranjeras.
—¿Qué implica este acontecimiento en nuestra historia?
Nosotros tenemos una efeméride del 20 de noviembre para el Día de la Soberanía que recuerda la batalla de la Vuelta de Obligado de esa fecha en 1845. Allí se peleó mucho pero se termina perdiendo, incluso Mansilla queda herido y la flota Anglo-francesa logra atravesar las cadenas que habían puesto para detenerla. Los ingleses y franceses remontan el Paraná. Mansilla los vuelve a esperar en San Lorenzo, en enero de 1846 pero los extranjeros siguen río arriba generando un comercio muy malo entre ellos y las autoridades de Paraguay y la provincia de Corrientes que estaba opuesta a la Confederación. Nuevamente Mansilla los espera, se produce la batalla de Punta Quebracho y se termina triunfando.
Para mi es interesante poner a debate, desde las ciencias sociales, la cuestión de la soberanía. Si el 4 de junio de 1846 se triunfa sobre las tropas anglofrancesas, por qué no se tomó esta fecha para establecer el Día de la Soberanía. En ese sentido, la historia la escriben los que ganan pero también la escriben los porteños.
—¿Quiénes participan de esta batalla?
Barcos que son producto de la Revolución industrial que vienen pertrechados con cañones montados sobre buques que vienen con bombas explosivas, una nueva tecnología bélica. Una bomba que caía explotaba y sus esquirlas lastimaban. De parte de la Confederación se arrojaban
bombas macizas que no provocaban tanto daño.
La estrategia de Mansilla cambia y su idea es presentarse en la barranca, lanzar un fuego cruzado de cañones para retirarse rápidamente y no ser tan lastimados. Al mismo tiempo, en la batalla de la Vuelta de Obligado participaron muchas mujeres, a las que tenemos que visibilizar, que estuvieron ayudando, curando y rescatando a los soldados que estuvieron en ese enfrentamiento. También, las mujeres estuvieron sable en mano enfrentando al enemigo en la barranca, de acuerdo a lo que nos van diciendo las fuentes.
—¿Cómo está pensada la obra teatral?
La obra teatral fue pensada para rescatar del olvido aquella batalla de Punta Quebracho. La obra está centrada en un diálogo entre Juan Manuel de Rosas y Lucio A. Mansilla en 1846, cuando éste último llega a Buenos Aires, una vez terminada la Guerra del Paraná, y le entrega al gobernador bonaerense los partes de batallas, los mapas e informes. Esto será utilizado por Rosas para sentarse a negociar por separado con ingleses y franceses cómo continúa el comercio entre las partes.
Obviamente es una novela, una obra con una parte importante de ficción porque no hay ningún documento histórico sobre este intercambio preciso entre Mansilla y Rosas. Esto me permite como autor tomar alguna licencia propia de una presentación teatral pero no falta a la verdad porque los diálogos se escriben a partir de lo que ya sabemos sobre las vidas de Rosas y Mansilla. Sabemos qué pasó con cada uno de ellos y qué opiniones tenían y, por eso, escribí sobre lo que podrían haber dicho. Ahora bien, es un diálogo tenso, una conversación que gusta o enoja, entre dos personas muy importantes en ese momento. Más allá de que eran parientes, eran cuñados. Eran el gobernador de la provincia más importante y un distinguido general que había luchado junto a San Martín cruzando los Andes, pero quien ya estaba cansado de tantas luchas.