Sigue la polémica: ahora Gerardo Romano se metió en el medio de la pelea entre Julio Chávez y Ricardo Darín

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El destacado actor, protagonista de «Un judío común y corriente», dejó en claro su postura. “No soy envidioso”, aseguró y tomó partido por el protagonista de «El Eternauta», al que reconoció como un gran compañero de trabajo

De cara al estreno en teatro de La Ballena, el actor Julio Chávez dijo que le envidiaba a Ricardo Darín su “talento para la sociabilidad”, y así comenzó una disputa mediática impensada entre ambos actores, en medio del éxito de Darín con El Eternauta, la serie de la que habla el mundo.

“El otro día lo estaba escuchando, y pensaba qué gran conocedor que es. Seguramente es uno de los motivos por los que se ha expandido tanto; además de sus condiciones, pero su inteligencia social es algo que yo no tengo”, dijo Chávez con un tono que llamó la atención y dejó de lado el talento de Darín.

Al protagonista de El Eternauta no le cayeron nada bien las declaraciones de Chávez porque en un momento aseguró que no se conocían y eso no es verdad.

“Yo no tengo ningún dime y direte con él, yo lo único que hago es hablar maravillas de él, no sé qué le pasó, nadie lo sabe. Escuché lo que dijo, tiene cierto tufillo a ironía, pero no se lo puede acusar de que sea despectivo porque es un halago”, respondió Darín.

Pero la disputa continuó y sumó nuevos protagonistas. Al ser consultado sobre esta polémica en una entrevista con Karim González, Gerardo Romano dejó en claro que tiene una postura tomada y que no le caerían tan bien los dichos de Chávez que claramente quedó en el centro de la polémica.

«Tengo admiración, no soy envidioso, trato de huir de esa codicia natural que propicia el neoliberalismo de que seamos explotadores, competitivos con el otro y lo excluyamos», aseguró.

“Lo que dijo Chávez es un eufemismo para decirle a alguien ‘te fue bien por tu inteligencia para trazar relaciones’ y que conseguiste de un modo no del todo santo el lugar que tenés. La verdad que para que lo diga un actor, debería meterse la lengua en otro agujero, no en la boca”, interpretó Romano, que dudó del concepto “inteligencia social” ya que consideró que “la inteligencia es una capacidad intelectual, personal que tiene cada uno; mucha, poca, ninguna. Lo social es como que la inteligencia que nos pertenece fuera patrimonio de los demás”.

Romano recordó además un trabajo que compartió con Ricardo Darín, en el cual su colega se comportó como un gran compañero con él: “Teníamos que filmar todos los días en la cárcel de Ushuaia. Te imaginás el frío que hacía. Tenía una escena en la que había que bañarse en la ducha. ‘Pero el agua está muy fría, no no’, les dije yo, que era un hincha pelotas. Ricardo se metió bajo el agua fría y se murió de frío durante tres horas porque eran escenas que había que hacer de vuelta”.

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