A sus 72 años, Graciela Alfano lo tiene claro: jamás va a tolerar una infidelidad. La icónica actriz y vedette, que atravesó romances con hombres tan populares como Matías Alé, ahora deja bien en claro que, para ella, una traición amorosa es un punto final sin retorno. Y no solo lo dice: lo aplica a rajatabla en su vida.
La reflexión de Graciela surgió en una entrevista con Puro Show (El Trece), donde fue consultada tras enterarse de que Matías Alé, su expareja, está por casarse con Martina Vignolo. Aunque aseguró sentirse “muy contenta” por su ex y hasta dejó abierta la posibilidad de asistir a la boda, no pudo evitar hablar de su última y dolorosa experiencia amorosa: su relación con el empresario uruguayo Carlos Bustin.
“Me encantaría que a Matías le vaya muy bien en su vida, como a todos mis ex, salvo el último, que lo tengo todavía ahí porque no se portó bien”, disparó, sin filtro y con esa honestidad brutal que la caracteriza. El mensaje fue directo y dejó entrever que hay heridas que, aunque el tiempo pase, siguen abiertas.
Sobre Bustin, con quien terminó hace ya un tiempo, Alfano fue categórica: “Estoy en contacto cero y preferiría olvidarlo”. Y ahí, sin vueltas, soltó una declaración que resonó fuerte: “Todas las mujeres, incluidas Ingrid Grudke, Pampita, Shakira y yo, hemos sido víctimas de hombres desleales que no se han portado bien”.
PARA ALFANO: NO OLVIDO, NO PERDÓN
Pero lo más llamativo fue cuando Alfano explicó por qué jamás perdonaría una infidelidad. “Yo no perdono, y mucho menos a alguien que no pide perdón. Ni perdón ni olvido, porque uno tiene que respetarse. Sí soltar y que se vaya lejos, pero yo no perdono las cosas negativas que me han hecho porque es minimizar y no respetarse a uno mismo”, sostuvo.
La declaración generó sorpresa y admiración en las redes, donde muchas usuarias la aplaudieron por su firmeza. En tiempos donde el “perdonar y seguir” suele ser una norma social impuesta, Alfano se planta desde otro lugar: el del respeto propio, el del autocuidado, el del “no todo vale”.
Lo más curioso es que Grace también confesó haber sido infiel en el pasado. “En un momento fui muy infiel, la fidelidad no es lo mío y no es mi fuerte. Cuando soy infiel miento, oculto, soy desleal, soy traicionera”, se sinceró. Pero lejos de justificar el engaño ajeno, marcó una diferencia: “Siempre que alguien mete los cuernos o es infiel, es la elección de esa persona”. Y es ahí donde ella pone el límite.
Hoy, alejada del ruido del amor romántico, Graciela Alfano se enfoca en su bienestar emocional y personal. “Estoy enamorada de mí misma como siempre, algo que recomiendo: poder estar bien con uno primero y después con otro”, expresó, en una suerte de manifiesto de amor propio que inspira.
Por último, se refirió a la polémica que se armó cuando dijo que quería conocer a Javier Milei. “Me pusieron en una situación incómoda. Me preguntaron si me gustaría conocerlo y ¿qué iba a decir? Es el presidente de la Argentina. No tenía connotación amorosa, fue una respuesta políticamente correcta. Con el presidente de los argentinos hay que ser respetuosa”, cerró.
Directa, auténtica y sin miedo a decir lo que piensa, Graciela Alfano volvió a dar cátedra. Esta vez, sobre los límites, el respeto y el valor de no permitir que nadie pase por encima del corazón.