El motivo por el que las pickups y SUV representan un grave peligro para niños

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Con el paso de los años los gustos de los consumidores se van modificando, ven con mejores ojos otras líneas de diseño, cambian de dirección y empiezan a elegir otro tipo de estructuras, tamaños, formas y colores. En los vehículos, esta variación en los patrones de consumo se evidenció claramente con el ascenso a nivel global de los SUV (Sport Utility Vehicle) en detrimento de los sedanes o autos medianos, algo que años después podría representar un peligro para los peatones, según indica un estudio.

Esta nueva tendencia hacia vehículos con mayor despeje del suelo, tamaño y espacio interior, junto a un chasis que brinde una apariencia más robusta, generó que los modelos que se comercializan tengan una visión reducida sobre su entorno inmediato delantero, algo que los sensores no parecen cubrir. Además, en el caso específico de la Argentina, también las pickups son sumamente populares, no solo para su función primaria de trabajo sino también para circular en la vida diaria y por las ciudades.

Dentro de los 15 modelos más vendidos en lo que va del año en la Argentina, siete son SUV (de diferentes segmentos), tres son pickups y los restantes son autos chicos. Esto muestra una inclinación del mercado, tanto de la oferta como de la demanda, hacia un nuevo tipo de vehículo.

El riesgo de esta tendencia hacia vehículos más altos con un chasis largo lo detalló la organización ambiental Transport & Environment (T&E), en un trabajo con la Universidad de Loughborough, Inglaterra, donde investigaron la visibilidad en vehículos típicos de altura alta.

La organización analizó el campo visual en vehículos de gran porte, como el RAM TRX —no se comercializa en nuestro país— y el Land Rover Defender. Luego de las pruebas advirtió que un niño pequeño parado justo frente a este tipo de modelo queda completamente fuera del ángulo de visión del conductor y esto se da como consecuencia de la altura de sus capó.

La Ram TRX 1500, la pickup con motor Hemi V8 6.2 L que no se comercializa aún en la Argentina

El estudio determinó que mientras que la visibilidad comienza a mejorar por debajo de los 85 centímetros, en el RAM TRX el frente mide 130 cm y en el Defender, 115 cm. Un hatchback como el Volkswagen Golf (modelo conocido en dimensiones por los argentinos, por más que ya no comercialice), con un capó de 75 cm ofrece un panorama mucho más amplio y seguro.

Pero esto no es solo una cuestión técnica. Según T&E, las limitaciones visuales derivadas de estos diseños provocan un aumento de accidentes y situaciones de riesgo, sobre todo al girar, al salir de una cochera o en accesos vehiculares. La preocupación crece aún más cuando se considera que los peatones más vulnerables, los niños, son los más afectados. De los 430 menores fallecidos anualmente en siniestros viales en Europa, alrededor de un tercio pierde la vida como peatón, la mayoría en entornos urbanos y a baja velocidad.

La comparativa de T&E sobre el peligro de los chasis de los autos cada vez más altos

Capó más altos: una tendencia al alza

La misma investigación detalla que desde 2010, la altura promedio de los capó en vehículos vendidos en la Unión Europea, el Reino Unido y Noruega aumentó de 76,9 cm a 83,8 cm. El incremento —de medio centímetro por año en promedio— proyecta un escenario preocupante de no intervenirse, ya que se alcanzaría una media de 92 cm para 2040. Esta corriente está estrechamente ligada al crecimiento del segmento SUV, que para 2024 representará más del 50% de los autos nuevos.

¿Por qué se permite este tipo de diseños si comprometen la seguridad vial? Parte de la respuesta está en los protocolos vigentes. Hoy, los organismos como Euro NCAP —el equivalente a Latin NCAP en nuestra región— evalúan principalmente la seguridad pasiva, es decir, la protección de los ocupantes en caso de choque. Las pruebas se hacen con maniquíes estandarizados y miden el impacto sobre cabeza y piernas. Sin embargo, no hay análisis sistemáticos que consideren la visibilidad del conductor sobre lo que ocurre justo delante del vehículo.

Además, el informe explica que los chasis altos suelen arrastrar al peatón debajo del vehículo en vez de empujarlos hacia un lado

Incluso sistemas avanzados como el frenado automático de emergencia (AEB), obligatorio para los nuevos autos desde julio de 2024 en la UE, presentan limitaciones. De noche o bajo lluvia, e incluso con cámaras y radares activos, los niños pueden no ser detectados si están cerca del paragolpes. El riesgo, aseguran desde T&E, comienza antes del impacto: en la falta de percepción de los peligros inmediatos.

A partir de su denuncia, la organización benéfica plantea una serie de reformas concretas a nivel regulatorio como limitar legalmente la altura máxima del capó a 85 cm en autos nuevos desde 2035, además de incluir ese dato en la documentación oficial del vehículo a partir de 2030, diseñar una prueba obligatoria de visibilidad infantil que simule situaciones reales y revisar los protocolos de choque para incorporar el punto de vista de los peatones vulnerables.

La propuesta de la entidad apunta a mejorar la seguridad para los peatones, principalmente los niñosSantiago Filipuzzi – LA NACION

La cifra de altura que establece la entidad no es arbitraria, sino que corresponde aproximadamente al centro de gravedad del 95% de mujeres y niños mayores de 11 años. Debajo de ese nivel, el riesgo de muerte en caso de impacto se reduce notablemente. De ahí que mejorar la visibilidad no solo ayude a prevenir accidentes, sino también a mitigar sus consecuencias si estos ocurren.

El debate cobra especial relevancia para las grandes urbes, donde el tamaño de los vehículos choca con los límites del espacio público: calles angostas, veredas saturadas y zonas escolares. La razón principal por la cuál difundieron esta información desde la entidad es porque consideran que es necesario un marco normativo vigente antes de 2027, lo que le permitiría a la industria adaptarse con tiempo para que la meta de 2035 sea viable.


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