«Ni un Pibe Menos por la Droga»: Rosario volvió a marchar para visibilizar el consumo problemático

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El Foro de Adicciones, la Pastoral Social de la Drogadependencia del Arzobispado rosarino, entre otras instituciones abocadas a abordar la problemática del consumo problemático marcharon ayer por la tarde desde plaza Montenegro hasta el Monumento Nacional a la Bandera para levantar una misma consigna: «Ni un Pibe Menos por la Droga».

Ante un presente en el que el consumo de drogas va en aumento, Rosario marchó por el centro de la ciudad en una jornada de concientización del consumo de drogas. “Hay terceras generaciones de consumidores dentro de una familia, es decir, los niños crecen viendo a sus padres consumir”, reiteró el responsable de la la Pastoral Social de Drogadependencia del Arzobispado de Rosario, el sacerdote Fabián Belay.

La movilización comenzó pasadas las 14.30 desde San Luis y San Martín para luego dirigirse por Buenos Aires hasta Córdoba y una vez en el Pasaje Juramento confluyeron en el Monumento a la Bandera. Como ocurre tradicionalmente año tras año, se hizo la lectura de un documento público suscripto por el Foro de Adicciones, en las que están incluidas entidades sociales, civiles, y religiosas que trabajan en el territorio profundo y quienes abordan a diario la problemática de los consumos en sectores vulnerados.

La visibilidad de este flagelo, también fue espacio para la expresión artística con quienes comenzaron el proceso de recuperación de adicciones, y quisieron mostrar que hay un camino hacia la esperanza. Allí tuvo lugar un festival donde se exhibieron situaciones en los barrios, pero donde hubo espacio para el arte.

Hace más de una década, la Pastoral comenzó con las jornadas de concientización entregando volantes por el centro de Rosario, pero año tras año se fueron sumando organizaciones, instituciones y la comunidad en general. En este 2025 se llevó a cabo la decimo cuarta edición, enmarcada en el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas.

A nivel mundial, las estadísticas marcan que el consumo de drogas creció un 20 por ciento en el último año, una cifra que viene en incremento desde la pandemia por coronavirus, comentó a La Capital el padre Fabián Belay, promotor de la asociación Padre Misericordioso y actual referente de la Pastoral de Drogadependencia del Arzobispado de Rosario, una de las entidades que conforman la organización.

Belay aseguró que Argentina sigue el ritmo mundial y cada vez cuenta con más consumidores y particularmente en Rosario, “vemos que el consumo no sólo crece en los sectores vulnerables, sino en la clase media y alta”.

Es un problema que se está dando con un crecimiento exponencial, sobre todo en la adolescencia, expuesta a al mundo consumista”, agregó Belay.

Preocupación por los niños

El párroco de la iglesia Padre Misericordioso aseguró que la problemática que atraviesa a los sectores más vulnerables es la edad de inicio de los consumos, que se viene agravando en los últimos 30 años. “Hay niños de 9 o 10 años relacionados con drogas”, aseguró.

Belay sustentó su afirmación poniendo en evidencia los trabajos estadísticos que lleva adelante el Foro de Adicciones y expuso: “Quienes pasan por los tratamientos y hoy tienen 40 o 50 años te dicen que ya a los 10 estaban consumiendo”.

La cantidad de niños en situación de consumo crece año tras año y según explicó Belay, “ya hay terceras generaciones de consumidores dentro de una familia, es decir, se naturalizó el uso de sustancias, los niños crecen viendo a sus padres consumir”.

Llamado a la sociedad

Año tras año, el Foro de Adicciones realiza un llamamiento a la sociedad civil ya que “debemos recuperar nuestra capacidad de abrazar la vida de los más vulnerables», manifestó Belay, integrante del foro.

El objetivo es fortalecer los espacios habitados por los niños, es decir los barrios donde pasan sus días, las tardes en los clubes o las cooperadoras que forman parte de un anillo de contención en las escuelas. “El problema es una realidad y es grave, por eso necesitamos lo mejor de la sociedad, del Estado y de los sectores privados, porque no salimos adelante si no es todos juntos”, apuntó el párroco.

El padre Belay no esquivó a la problemática, aseguró que “a nuestros hijos en algún momento alguien les va a ofrecer drogas”, y pidió hablar con los jóvenes “para que tengan la capacidad de decir que no”. En este sentido, planteó que el ingreso a la situación de consumo se da con el alcohol en los más pequeños, pero que en los sectores bajos la presencia del crack “está arruinando a los chicos, los deteriora neurológica y cognitivamente porque es veneno y eso va a llevar a una crisis en el futuro”.

Luego instó a generar espacios seguros donde los chicos “tengan una comida, un lugar para jugar, acompañamiento de los adultos, que a través de la palabra puedan ir compartiendo y sembrando valores de empatía y solidaridad, básicamente un lugar donde se sientan amados”. A raíz de esto, planteó que en el caso de los adolescentes que no tienen familia o espacios de contención “necesitamos que la comunidad lo sea”.

Por último, rescató la importancia de tomar conciencia e “involucrarnos en cualquier espacio de participación que brinde contención a la niñez, a la adolescencia y a la juventud” para “volver a ocupar los espacios de participación que abandonamos como sociedad; es una crisis muy grande la del corrimiento de la gente de los espacios comunitarios”.

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