El Gobierno simplificó el trámite a partir del cual cualquier ciudadano podrá importar de manera particular vehículos cero kilómetro, sin depender de las terminales automotrices ni de representantes oficiales de las marcas.
Mediante la Resolución 271/2025, la Secretaría de Industria y Comercio del Ministerio de Economía reglamentó el procedimiento que abarca a todos los vehículos automotores, acoplados y semirremolques.
El trámite que se simplificó es el denominado Licencia de Configuración de Modelo (LCM), un documento que acredita que los vehículos que transitan el espacio público cumplen con los requisitos de seguridad.
A partir de la vigencia de esa norma, según comunicó la Secretaría de Industria y Comercio, los ciudadanos tendrán la libertad de comprar vehículos nuevos en el exterior por sí mismos, sin depender de fabricantes o importadores. Para el patentamiento se reconocerán las certificaciones de seguridad emitidas por organismos internacionales.
¿En qué consiste ahora trámite? Los particulares que importen autos podrán patentarlos utilizando la Licencia de Configuración de Modelo ya existente del fabricante o del importador. En el caso de que el vehículo importado no cuente con una LCM, el particular podrá patentarlo por sí mismo, tramitando un certificado de seguridad vial ante la Secretaría de Transporte del Ministerio de Economía, el cual habilita al patentamiento del vehículo «en un esquema similar al de una VTV», según informó la secretaría de Comercio a través de un comunicado.
Esta norma forma parte de una reforma integral de la Ley de Tránsito que el Gobierno modificó por decreto a mediados de marzo.
El Decreto 196 abarcó 11 grandes reformas que formaban originalmente parte del proyecto de Ley Bases que el Poder Ejecutivo había enviado al Congreso y que quedaron fuera luego de las negociaciones entre oficialismo y oposición. Ahora se avanzó con una nueva reglamentación de varias de estas normas, elaborada de manera conjunta por el Ministerio de Desregulación y la Secretaría de Transporte, de la cual participaron también otras áreas, como la secretaría de Comercio e Industria, que es la que este miércoles publicó la simplificación de las LCM.
¿A qué vehículos se reconocerá de manera automática? A aquellos cuyas certificaciones de seguridad hayan sido emitidas por por organismos de las Naciones Unidas, la Unión Europea y de los Estados Unidos, además de la de Brasil.
Por tratarse de normativas de Europa y Estados Unidos, también incluye a la totalidad de las marcas japonesas, coreanas e incluso a varias de las marcas chinas que ya cuentan con homologación en aquellos orígenes, en particular en Europa donde es fuerte la presencia de vehículos electrificados chinos.
Según Comercio esta medida, además, va en línea con la Resolución 222/2025, que simplificó el sistema de control de autopartes y elementos de seguridad, mediante el cual se agilizan los procesos para su comercialización.
¿Avalancha o cuentagotas?
La medida, implementada desde Economía pero motororizada en su origen desde el ministerio de Desregulación, apunta a hacer más barata la adquisición de un vehículo cero kilómetro. No incluye la autorización para importar autos usados, lo cual ya fue anticipado en su momento por el ministro Federico Sturzenegger pero que todavía no fue implementado (hay fuertes restricciones para este tipo de operaciones con usados en el acuerdo automotor que rige entre Argentina y Brasil hace más de 30 años).
¿Así como los argentinos hacen tour de compras a Chile para comprar celulares y ropa, con esta medida van a volver manejando un cero kilómetro chino comprado a mitad de precio?
En primer lugar, un auto que no sea fabricado dentro del Mercosur, aun con la facilidad de no tener que “homologarlo”, sigue pagando una arancel de importación o “nacionalización” de 35% sobre su valor FOB.
Otro trámite no menor es la garantía. Comprar un auto en otro país de una marca que tiene presencia en la Argentina no significa que la representación oficial de esa marca vaya a hacerse cargo de las unidades importadas por terceros.
Aun así, con esta medida se abre la posibilidad de importar unidades que hoy no podrían entrar sin una burocracia que ahora se simplifica. Pero no elimina los costos asociados a la importación ni facilita la cuestión de la garantía postventa. Y carga a cuenta del particular el flete, el trámite del despacho de aduana y el registro como importador.