En diálogo con Canal E, el economista Roberto Cachanosky afirmó que el Gobierno “está enredado” al intentar controlar el tipo de cambio con tasas altas mientras agrava el déficit fiscal. “Un ingrediente son las elecciones”, explicó el entrevistado, quien señaló que a medida que se acercan los comicios, “la gente prefiere estar posicionada en dólares y no en pesos”. A este factor político se suma un problema monetario: la reciente emisión de 15 billones de pesos para cancelar las LELIQs, que generó presión inflacionaria y cambiaria.
“Esa emisión pegó en el mercado”, dijo el economista, y detalló que “para frenar el tipo de cambio, el Gobierno subió la tasa de interés”. Sin embargo, esta medida tiene un efecto contraproducente: “Te aumenta el déficit fiscal, porque el Tesoro paga intereses cada vez más altos”. Con tasas cercanas al 50%, el stock de deuda se vuelve más costoso, lo que complica aún más la sostenibilidad fiscal.
Al mismo tiempo, se acaban los ingresos fuertes por liquidación de soja y crece la demanda de dólares por turismo e importaciones. Esto acentúa la presión sobre el tipo de cambio. El FMI, por su parte, sugiere que Argentina compre divisas, pero “el Banco Central no tiene reservas, tiene reservas netas negativas”, advirtió Cachanosky.
La relación con el FMI y el juego político de EE.UU.
Consultado sobre el tope del tipo de cambio, señaló que el techo estaría en torno a los $1450, y que “si se acerca, van a tener que salir a vender dólares”. Pero la gran pregunta es: ¿de dónde? “Pueden usar los dólares del encaje bancario, pero son dólares de la gente”, alertó.
Respecto de la reciente salida de la funcionaria del FMI que negociaba con Argentina, Cachanosky fue cauto: “Hay que ver quién viene”, aunque dejó en claro que el apoyo de Estados Unidos será clave. “El FMI es una institución técnico-política: si tenés el apoyo del gobierno americano, podés manejar la situación”, sostuvo.
El economista recordó el antecedente del rescate a México en 1995, cuando Bill Clinton utilizó fondos discrecionales del Tesoro. “En ese caso no fue para salvar a México, sino a los bancos estadounidenses que tenían bonos mexicanos”, dijo, y no descartó que se recurra a algo similar si Argentina enfrenta una crisis severa.
Sobre las posibilidades de que Argentina reciba un trato comercial preferencial por parte de Estados Unidos, fue tajante: “No tenemos nada para ofrecer”. Y agregó: “Ni siquiera granos, porque ellos también son productores; servicios, quizás algo, pero es muy limitado”.
Finalmente, rechazó que un acercamiento a EE.UU. perjudique la relación con Brasil: “Brasil históricamente fue aliado de Estados Unidos. Argentina nunca lo fue”.