La investigación sobre los restos humanos tirados a la basura en contenedores del centro rosarino dio un giro importante cuando se descartó la hipótesis inicial del descuartizamiento del cuerpo de una mujer mayor. Fuentes oficiales detallaron este lunes que el estudio correspondiente tardó tres meses desde que fue solicitado.
Después de mucho tiempo sin novedades en torno a un caso muy relevante, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) confirmó que el cadáver desmembrado y arrojado en 3 de Febrero al 900 era de un hombre. El análisis de la evidencia para determinar el género y la edad aproximada se realizó en el Instituto Médico Legal (IML), pero los resultados de la medida no dependían solamente de la iniciativa de la fiscal del equipo transitorio en Violencias Altamente Lesivas, Marisol Fabbro, encargada de la causa.
El estudio de las partes halladas cerca de calle Maipú y en el relleno sanitario de Ricardone requirió la autorización de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe. Generalmente, el procedimiento tarda unos seis meses desde el inicio del trámite. En este caso, los investigadores reiteraron el pedido e insistieron hasta reducir la espera a la mitad.
¿De quién eran los restos humanos hallados en la basura?
Fuentes consultadas por La Capital aclararon que la demora no fue burocrática sino propia del trabajo que debían llevar a cabo los especialistas. El máximo tribunal provincial respondió con celeridad al requerimiento. «Lo que tarda mucho en sí es el cotejo biológico, es un estudio complejo y por eso se solicitó si se podían acelerar los tiempos», precisaron.
A partir del visto bueno de la Corte Suprema, el personal del IML hizo el análisis junto al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Los expertos plantearon una nueva hipótesis a partir de este estudio y señalaron que los restos pueden corresponder a un hombre de entre 30 y 40 años.
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Antes de determinar la posible edad y género, el MPA resolvió otra duda crucial. El cotejo biológico permitió establecer que los miembros arrojados en el centro rosarino y las partes halladas en Ricardone eran de la misma persona. No obstante, todavía faltan datos para determinar la identidad.
Casi cinco meses después de la denuncia que dio origen al caso, la investigación sigue abierta y con muchas preguntas de peso por responder. De momento no hay dudas sobre la teoría de que alguien descuartizó el cadáver y lo tiró a la basura, pero la evidencia es insuficiente en cuanto a la causa de la muerte y la fecha estimada del deceso.
Un cadáver repartido entre Rosario y Ricardone
Las primeras piezas del rompecabezas judicial fueron halladas por un hombre que llamó a la policía a las 10 de la mañana del domingo 16 de marzo. El testigo advirtió la presencia de restos humanos junto al contenedor ubicado sobre la ochava noroeste de 3 de Febrero y Maipú, frente a una panadería.
Los fuerzas de seguridad provinciales pusieron en marcha un fuerte operativo para custodiar la zona. Los efectivos también rodearon los recipientes ubicados en la esquina de enfrente, así como los que están cerca del cruce con calle Laprida.
Al día siguiente, la Fiscalía precisó que entre la basura habían encontrado un antebrazo y muslo junto con la rodilla. Los médicos forenses detectaron cortes irregulares que posiblemente fueron realizados después de la muerte de la persona y se hicieron con armas blancas de pequeñas dimensiones.
En paralelo con estos análisis, el MPA empezó a seguir la pista de los residuos de la noche anterior. La Secretaría de Ambiente y Espacio Público de la Municipalidad de Rosario precisó que todos los contenedores ubicados entre Laprida y Maipú fueron descargados entre las 22:18 y las 22:22 del sábado 15 de marzo. Según el registro de los GPS, el material de los depósitos verdes se trasladó en camión hasta la estación de transferencia de Bella Vista sin clasificación. A continuación, otros vehículos más grandes llevaron las bolsas y demás elementos hasta Ricardone.
Así como trabajó en el centro, la brigada canina del Organismo de Investigaciones fue a inspeccionar el relleno sanitario el martes 18 de marzo. Entonces, los perros encontraron restos de la parte superior de un cuerpo humano en el departamento San Lorenzo. Tiempo después, los especialistas forenses comprobaron que eran de la misma persona.
Sin pistas en el centro de Rosario
Ante la sospecha sobre un homicidio como antesala del hallazgo en la calle, la Fiscalía pidió un análisis completo de las cámaras de videovigilancia alrededor de 3 de Febrero y Maipú. Las grabaciones examinadas hasta el momento no dieron ninguna pista sobre el origen de las piezas del cadáver.
El MPA también hizo múltiples entrevistas a vecinos y ninguno parece haber visto algo sospechoso. Los análisis de las muestras de manchas rojas cerca de los contenedores dieron resultados negativos en el laboratorio biológico, al igual que los de los restos trasladados al IML. Siguiendo esa línea de trabajo, los investigadores hicieron un test con luminol, un compuesto químico que cambia de color cuando entra en contacto con la sangre. Esta prueba se llevó a cabo en distintos lugares de un edificio ubicado sobre 3 de Febrero al 800, pero tampoco permitió resolver el misterio de aquella noche de sábado.