La Justicia tucumana resolvió sobreseer este martes a los cuatro exjugadores de Vélez acusados por abuso sexual de una periodista de Tucumán. El magistrado Augusto José Paz Almonacid dispuso que Sebastián Sosa, Braian Cufré, Abiel Osorio y José Ignacio Florentín Bobadilla fueran absueltos al considerar que “el hecho no constituye delito”.
Así lo informó el diario local La Gaceta. Sosa, por su parte, subió un posteo a su cuenta de Instagram: “Desde el primer día confiamos en la Justicia. Guardamos un respetuoso silencio durante el proceso para que el fallo del magistrado sea el que aclare todos los dolorosos hechos. HOY HE SIDO SOBRESEÍDO con una contundente sentencia”.
La causa penal se había iniciado en marzo de 2024 cuando la mujer denunció que había sido convocada por el entonces arquero del club de Liniers, Sosa, a un hotel donde se alojaba la delegación tras un partido disputado en San Miguel de Tucumán. La joven narró que allí fue abusada por Osorio, Florentín y Cufré. Con el correr de los días, los cuatro futbolistas fueron imputados y, tras pasar un tiempo detenidos, recuperaron la libertad bajo ciertas condiciones.
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Según el diario La Gaceta, el magistrado rechazó el pedido de la denunciante para declarar la nulidad de las pericias realizadas sobre los celulares de testigos cercanos a ella. Ese planteo había sido uno de los ejes centrales de la audiencia previa, donde la querella cuestionó el informe del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) por presunto sesgo, recortes y desobediencia a órdenes judiciales.
Además, la Justicia insistió que no habían sido debidamente notificadas de la realización de las pericias, y que “los peritos se extralimitaron en el análisis del contenido de la información almacenada en los celulares”. En tanto, se» violaron la privacidad y la intimidad de las testigos y de la víctima» y que se vulneró el secreto profesional entre la joven y su abogada.
La semana anterior al fallo, la Fiscalía había adoptado una postura dividida: avaló el sobreseimiento de Sosa, pero no acompañó el pedido respecto de Florentín, Cufré y Osorio, dejando la definición final en manos del juez. Finalmente, Almonacid resolvió sobreseer a los cuatro imputados.
La querella, representada por Patricia Neme y Alejandro Char, cuestionó además que el proceso se analizara de manera fragmentada. Sostuvo que no pueden separarse responsabilidades individuales cuando se investiga una violación grupal ocurrida en un mismo lugar y tiempo, y denunció intentos de condicionar el proceso mediante la exposición mediática, en perjuicio de los derechos de la víctima.
Así comenzó la causa contra los exjugadores de Vélez
La investigación se inició en marzo de 2024, cuando una periodista de 24 años denunció a los futbolistas por una presunta violación grupal ocurrida en la habitación 407 del hotel Hilton Garden Inn de San Miguel de Tucumán, donde el plantel de Vélez se alojaba tras un partido frente a Atlético Tucumán.
Durante el proceso, la mujer declaró en reiteradas oportunidades ante la Justicia, en una causa a cargo de la Unidad Fiscal de Delitos Contra la Integridad Sexual, y ratificó sus dichos incluso mediante cámara Gesell.
En el marco de la investigación, la fiscal María Eugenia Posse imputó a Abiel Osorio por abuso sexual simple y a Sebastián Sosa por abuso sexual agravado en calidad de partícipe secundario. En el caso de Braian Cufré y José Florentín, la acusación fue por abuso sexual agravado por la participación de dos o más personas, en calidad de coautores.
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Tras conocerse la denuncia, Vélez activó el protocolo por violencia de género y apartó a los jugadores del plantel. Actualmente, ninguno de ellos continúa en el club. Sosa recuperó la libertad luego de pagar una fianza de 50 millones de pesos y regresó a Buenos Aires, para luego volver a jugar en Uruguay. Los otros tres futbolistas cumplieron prisión domiciliaria y en junio de 2024 quedaron en libertad, retomando posteriormente sus carreras deportivas.
La denuncia que pesaba contra los deportistas
El 6 de marzo, la víctima se presentó con su abogada en una comisaría para denunciar que el sábado previo estaba en la cancha de Atlético de Tucumán porque el equipo local se enfrentaba a Vélez por una nueva fecha de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol cuando fue contactada por primera vez por el portero Sosa.
La joven relató que más tarde, alrededor de las 22, el arquero la invitó a través de un mensaje en su red social de Instagram a acercarse al Hotel Hilton, ubicado en la calle Piedras y Miguel Lillo. Allí se hospedaba el plantel profesional de fútbol.
Cuando la joven llegó a la habitación 407 pasadas las 0.30 del domingo, dijo que no solo se encontró con el arquero uruguayo sino que había otros tres futbolistas –Cufré y Florentín Bobadilla, de entonces 27 años, y Osorio, de 21–, con quienes compartió bebidas alcohólicas. Después de algunos tragos, la denunciante aseguró que comenzó a sentirse mal, “muy mareada”, y que “se le apagaba la cabeza”, por lo que se recostó en una de las camas, “como adormecida”.
Fue entonces que “sin ningún consentimiento abusaron sexualmente” de ella, según consta en el texto de la primera denuncia que hizo la chica en sede policial ante la División de Delitos contra las Personas de la Policía de Tucumán.
El testimonio de la denunciante
En una entrevista concedida a Página 12, la denunciante relató su versión de los hechos. Allí sostuvo que, al llegar al hotel, Sosa estaba acompañado por otros tres compañeros y que, tras consumir bebidas, perdió el conocimiento y el control de su cuerpo. “Sentía mareos, frío, vergüenza durante los abusos. Mientras dos jugadores me estaban abusando, miraba la otra cama como diciendo: no me gusta lo que está pasando, ayúdenme”, expresó.
También relató que, al retirarse del hotel, se sentía cada vez peor y que al día siguiente comenzó a sangrar. “Algo dentro mío me decía que lo que había pasado no estaba bien”, afirmó. Según su testimonio, horas después experimentó un fuerte estado de angustia, bronca e impotencia, y se comunicó con Sosa para preguntarle por qué le habían hecho eso.
La mujer aseguró que el impacto del hecho fue profundo y persistente. Señaló que no volvió a trabajar como periodista deportiva, que no pudo reconstruir su vida sexual y afectiva, y que sufrió el alejamiento de personas cercanas. También manifestó haber atravesado dos intentos de suicidio y describió el desgaste emocional de un proceso judicial que, según dijo, la dejó “presa” mientras los acusados recuperaban la libertad.
