10 años de sequía y la intensa sobrepesca representan una amenaza para la salud del ecosistema

Compartir

El sábalo cumple un rol fundamental en la cadena alimenticia de los peces ictiófagos, que predan individuos juveniles. Una especie que habita en los ríos Paraná, Uruguay, Paraguay y De la Plata; en la Mesopotamia argentina, Paraguay, el Pilcomayo, Bolivia, y el río Paraíba do Sul, Brasil. Actualmente, según estudios biológicos realizados, muestra un empobrecimiento en la diversidad de peces, y una drástica caída en la cantidad y el tamaño. Los investigadores califican a esta situación como insostenible y exigen regulaciones antes de que se alcance un punto de no retorno, en una publicación que comparte el portal Noticias Ambientales.

Según indican, las condiciones ideales para sus huevos y larvas incluyen temperaturas cálidas, picos de crecida de hasta 5 m y una duración de al menos dos meses. La última crecida exitosa ocurrió en la primavera de 2015 y el verano de 2016. Desde la bajante que comenzó en 2019 (con una breve excepción a finales de 2022), las condiciones mínimas necesarias para la reproducción no se han cumplido. Los informes técnicos reflejan esta realidad. Según la Evaluación Biológica y Pesquera de Especies de Interés (Ebipes), un organismo que incluye a Nación, provincias y el CONICET, el último relevamiento se realizó con niveles de agua extremadamente bajos, los más bajos en 20 años de historia del proyecto. A finales de 2024, las capturas mostraron una variedad de especies “muy reducida” en comparación con el año anterior (un 30% menos que en 2023). La cantidad total de peces capturados disminuyó un 60 %, y el peso se redujo hasta en un 70 %. Aunque el informe de 2025 aún no se ha publicado, se ha confirmado que la tendencia continúa.

La investigadora del CONICET, Ana Pía Rabuffetti, explicó que la persistencia de la bajante ha generado una “década o período seco” que compromete gravemente a las poblaciones de peces, especialmente a las migratorias, que dependen de la fluctuación del río. Este diagnóstico es compartido por pescadores e investigadores. El humedal está en “retroceso “, lo que significa menos lugares de pesca, menos ejemplares y menos trabajadores en el río Paraná. Un antropólogo y un biólogo han dedicado sus esfuerzos a “mapear la ausencia” de ejemplares en el río Paraná durante los últimos años.
Dos estudios publicados en revistas internacionales por el Laboratorio de Hidroecología del Instituto Nacional de Limnología (Inali), donde trabaja Rabuffetti, documentan con gráficos la pérdida de conectividad del agua superficial y la prolongada sequía hidrológica. Algunos expertos hablan de una crisis que podría llevar a un colapso biológico si no se toman medidas. Rabuffetti, si bien evitó ser tan tajante, advirtió sobre la gravedad de la situación y pidió “medidas precautorias” con políticas pesqueras que consideren los cambios climáticos para garantizar la conservación.

Los últimos estudios y sus alarmantes resultados

El informe biológico de Ebipes de octubre de 2024, que se centra en el valle de inundación, detalla los niveles de agua “muy bajos” y resultados “muy reducidos” en cuanto a variedad, cantidad, tamaño y peso de los peces estudiados. El informe menciona que “eventos climáticos de muy bajas temperaturas” durante el invierno de 2024 podrían haber provocado una alta mortalidad de peces en la cuenca baja. A esto se suman depredadores como dorados, surubíes y aves ictiófagas, que se aprovechan de la reducción del espacio acuático.
Un dato que encendió las alarmas de los especialistas fue la diferencia entre los estudios de 2023 y 2024. Mientras que en 2023 Ebipes capturó 7.000 ejemplares juveniles en una muestra, en el último registro solo se encontraron 160. Aunque las muestras tienen diferentes tamaños, el contraste es una clara señal de crisis. Además, la falta de nutrición ha deteriorado la condición corporal de los sábalos, lo que podría estar relacionado con la desconexión de las lagunas. En ocasiones, la pesca comercial utiliza redes en las bocas de estos cursos de agua y extrae todo el recurso, incluyendo peces por debajo de la talla permitida. También, la pesca comercial y los frigoríficos han intensificado la presión sobre el ecosistema. De las 30 mil toneladas exportadas por Argentina a principios de siglo, se redujo a 18 mil en 2019, 6,300 en 2022 y 3,200 en 2024, según datos del Senasa. El estudio de Ebipes advierte que “las pesquerías de sábalo de la región deberán seguir sosteniéndose sobre las ahora escasas cohortes”, es decir, sobre los peces más viejos y grandes. Si las condiciones no mejoran, esta presión sobre las cohortes más jóvenes podría afectar su desarrollo, generando una crisis para las futuras generaciones.

Debido a los recortes del Gobierno nacional, los investigadores del CONICET e INALI no pudieron realizar relevamientos en 2025. Sin embargo, el análisis de datos históricos y las condiciones climáticas actuales permiten a Rabuffetti hacer algunas conclusiones. Rabuffetti destaca que el río Paraná es un sistema socioecológico complejo y dinámico. Al analizar los últimos 100 años de pesca, se observa un “empobrecimiento “: el stock de peces de alto valor como el dorado o el surubí ha sido reemplazado por especies de menor valor como el armado o la tararira. En la pesca comercial actual, el sábalo representa más del 90% de las capturas. Esta especie, que “limpia” el lecho del río al transformar la materia orgánica, es crucial para la salud de todo el ecosistema y la actividad pesquera.

Un llamado a la acción 

Los estudios del Inali confirman los informes de Ebipes. Rabuffetti resume que las últimas cohortes exitosas fueron en 2009/2010 y 2015/2016, años de intensas crecidas que no se han vuelto a repetir desde que empezó el período de bajante en 2019. La bióloga y su equipo han demostrado que la población de sábalo se ve directamente afectada por la regularidad de las inundaciones. Por lo tanto, recomiendan que durante los períodos prolongados de sequía se regule la pesca para proteger a los adultos reproductores, y aunque en condiciones normales la pesca no es un factor tan determinante, los expertos advierten que “la presión pesquera podría tener un impacto significativo en condiciones de bajo nivel de agua”.

Galería de imágenes

Noticias Relacionadas

$16.000 millones para remodelar el Parque España de Rosario

Provincia recupera y jerarquiza uno de los espacios más...

Evacuaron la central nuclear de Fukushima tras el terremoto en Rusia

La planta japonesa sufrió un grave accidente en...

Encuesta Olé: cuál es el peor momento para el hincha de Boca

30/07/2025 11:26hs. Actualizado al 30/07/2025 11:59hs.Boca parece no tocar...

Chile bajo alerta de tsunami

Las autoridades chilenas realizaron una reunión de...