El Ogro perdió crédito y todas las fichas van a la Copa Argentina

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Por José Odisio 

Fotos: Juan José García 

Newell’s perdió otro Clásico y van… Otra vez derrota con Central. Otra vez en un partido donde no hubo grandes diferencias. Otro golpe que tira a la lona a un equipo que no venía tan mal. Y un Cristian Fabbiani que llegó al partido con el crédito de los hinchas, que imaginaban que era el DT ideal para entender este partido y no repetir historias perdedores, pero se fue sin dar declaraciones y lleno de cuestionamientos.

Perder el Clásico siempre duele. Es un freno a cualquier ilusión. Un golpe difícil de asimilar. Saca todo tipo de crédito con la gente. Y siempre genera crisis. Inevitablemente hay que buscar culpables. Y si bien es fácil encontrarlos, hacerlo tampoco quita el dolor ni consigue soluciones de cara al futuro.

Se equivocó Fabbiani, eso quedó a la vista. Tal vez el planteo inicial, para neutralizar al rival, dio resultado. Pero no tuvo un plan ofensivo que lo acompañe. El Ogro pensó que el empate no era mal negocio. Y tal vez tenía lógica su razonamiento, pero para cumplir con ese objetivo faltó reacción desde el banco en el segundo tiempo, y ahí quedó expuesto. El DT no supo ver qué su equipo era superado físicamente en el segundo tiempo. El partido de Newell’s pedía a gritos un recambio en el medio. Banega, Herrera, Maroni no justificaban su presencia en un equipo parado para aguantar el 0 a 0. Pero Fabbiani apenas hizo un cambio, y lo pagó caro, con una derrota donde quedó expuesto tácticamente.

Obviamente hay cuestionamientos a una dirigencia que volvió a fallar con los refuerzos. Newell’s necesitaba extremos y apenas llegó Orozco, que ni siquiera fue alternativa hoy. Se apostó todo a Benedetto y recién hoy pudo jugar diez minutos. Los refuerzos no vinieron o no juegan, ambas cosas están mal y exponen las decisiones de Astore y Fabbiani en el mercado de pases.

El manejo en esa materia es tan malo, que hoy la Lepra jugó un Clásico sin ningún futbolista surgido en Bella Vista. Y si bien hay excepciones, la realidad es que los jugadores de afuera viven el partido con otra entrega, con otra obligación. También es cierto que en esta última década hubo muchas derrotas con Central con jugadores surgidos de inferiores, pero no tener uno en cancha es una mala señal.

Perder con Central siempre duele. Cicatrizar la herida no es fácil ni rápido. Pero Fabbiani y el plantel tienen algo para intentar enfocarse: la Copa Argentina. Porque perder otra vez con Central no se olvida fácil, pero pelear por un título puede ser un aliciente para recuperarse. Y recomponer en parte una relación con la gente que se quebró una vez más. Eso sí, para pelear por el titulo en la Copa Argentina hará falta mucha autocrítica interna. Fabbiani debe aprender rápido de sus errores y los jugadores deben sacar la cara y la única manera de pedir disculpas es pelear por ese título. Casi contrario, la puerta se abrirá para muchos.

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