El plan de Javier Milei para tratar de aprovechar políticamente el acuerdo con el FMI, entre el cepo, la inflación y Trump

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El gobierno de Javier Milei apuesta a capitalizar el acuerdo con el FMI, que incluye el fin del cepo, como una muestra de fortaleza para el mercado y también para el electorado y el ambiente político, donde todos los actores están ya enfocados en la campaña para octubre y empiezan a olfatear cierta debilidad del oficialismo emanada del repunte de la inflación, los saltos del dólar y el desgaste de la imagen presidencial en las encuestas.

En ese contexto, el ala política del Gobierno que encabezan la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el asesor Santiago Caputo puso manos a la obra antes de la reunión del board del FMI para darle el «ok» final al acuerdo por $20.000 millones y definir el monto del primer desembolso, con el llamado a todos los ministros del Gabinete para que asistieran a Casa Rosada y aguardaran el anuncio junto al Presidente.

La idea de la «mesa chica» es la de presentar a un Gobierno fortalecido al que no le preocupan los vaivenes económicos de las últimas semanas ni los coletazos de la guerra comercial que lanzó Estados Unidos porque el acuerdo con el FMI es una demostración de que «todo marcha acorde al plan» de Milei, una frase que suele usar Caputo para dar una imagen de control total sobre lo que acontece.

Al respecto, el anuncio de que a partir del lunes se levantará el cepo al dólar para las personas físicas -no así para las empresas- en un esquema de flotación entre $1.000 y $1.400 constituye la clave principal del plan oficial para aprovechar el acuerdo con el Fondo Monetario en pleno año electoral.

¿Cómo intentará Javier Milei aprovechar políticamente el acuerdo con el FMI?

Fuentes con despacho propio en Casa Rosada deslizaron en las últimas horas que el acuerdo con el organismo «no es una victoria, es una decisión» y abundaron: «Es lo que venimos diciendo y es lo que está sucediendo». En esa frase se transluce el objetivo central del Gobierno detrás del anuncio: transmitir confianza en el éxito del plan económico que trazó Milei.

Muestra de esa confianza fue el anuncio de Luis «Toto» Caputo sobre el final del cepo con un techo para el dólar de $1.400, en medio de un escenario de volatilidad en los mercados a nivel global. Al funcionario que Milei suele calificar como «el mejor ministro de Economía de la historia» se lo vio sonriente, relajado y por momentos emocionado.

Si bien algunos economistas empiezan ya a hablar de una especie de devaluación encubierta -en contrario de la promesa del Presidente- detrás del anuncio, la intención de Milei es presentar el aval del FMI a su programa económico como un alivio para las cuentas públicas a partir del desembolso que fortalecerá las golpeadas reservas del Banco Central y permitirá levantar el cepo.

En el discurso del Gobierno, esto permitirá en el mediano plazo «bajar impuestos» y atraer inversiones que generarán «más empleo y mejores salarios», como esbozó el ministro Caputo antes del mensaje presidencial.

El objetivo de mostrar fortaleza y exhibir confianza se volvió particularmente importante frente al dato de inflación de marzo que el INDEC dio a conocer justo cuando Milei y sus ministros se reunían en Casa Rosada: el 3,7% que marcó el IPC confirmó una aceleración de los precios muy por arriba de lo que esperaban las consultoras privadas y el mercado.

El golpe para el Gobierno no es solo económico sino político, porque el principal logro con el que La Libertad Avanza marcha hacia las elecciones legislativas de octubre -y las intermedias como las de Santa Fe y Ciudad de Buenos Aires- es precisamente el descenso de la inflación, que se había estacionado en el 2% (en febrero había sido 2,4%) desde aquel 25% que había dejado la gestión anterior del peronismo.

Fin del cepo y aumento de la inflación, en el eje de la campaña oficialista

Atento a que los jugadores del mercado financiero y los votantes podrían interpretar esa suba como una muestra de que el programa económico de Milei empieza a hacer agua, el Gobierno busca que la «buena noticia» del respaldo del FMI con el consecuente levantamiento del cepo para las personas contrarreste «la mala» del repunte de la inflación.

En ese sentido, la otra clave del plan pasa por el desembolso inicial del Fondo Monetario, que sería de u$s12.000 millones y le daría poder de fuego al Central para tratar de sostener el dólar entre las bandas establecidas. Y es que si bien en el Ministerio de Economía sugieren que el salto de la inflación tiene un fuerte componente estacional (inicio de las clases, alimentos, etc.) se sabe que en Argentina la suba del tipo de cambio suele trasladarse a precios.

Por ese motivo, tener el dólar bajo control y proyectar eso hacia el mercado financiero es central para el Gobierno en este año electoral. A pesar del dogma de Milei sobre la inflación como fenómeno atado únicamente a la emisión, tanto Caputo como la mesa política del Gobierno entienden la importancia que tiene la evolución del IPC para la campaña del oficialismo.

El anuncio del acuerdo con el FMI aparece vinculado con el manejo de la inflación y ambas cosas a su vez dan indicios sobre la fortaleza o la debilidad política del gobierno de Milei rumbo a las elecciones, en momentos en que la oposición huele problemas para el oficialismo. Prueba de ello fueron los últimos reveses que sufrió en el Congreso, con la colaboración de algunos diputados que hasta hace poco apoyaban sin fisuras a los libertarios.

El rol de Donald Trump: ¿un aliado que fortalece al Gobierno?   

En tanto, la otra pata de la estrategia del Gobierno para exhibir el acuerdo con el Fondo Monetario como una prueba de fortaleza económica y política es resaltar el apoyo de Donald Trump a la gestión de Milei a pesar de la suba de aranceles que también afecta al país y de la amenaza que implica el «no a la carne desde Argentina» que declaró recientemente la secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins.

«Estados Unidos decidió ser aliado» de la Argentina, destacó otra fuente de Casa Rosada ante iProfesional. Para Milei, en el acuerdo con el FMI fue clave el respaldo de la administración de Trump y el oficialismo piensa exhibir este aspecto para ahuyentar las sospechas de que la política exterior de la potencia norteamericana puede poner en jaque el programa económico.

«Nosotros somos aliados para ellos y ellos para nosotros y esto es algo que puede traer beneficios infinitos para el país, viendo cómo vienen las cosas», subrayó la fuente, en alusión tanto a la negociación que encara el Gobierno para tener excepciones a la agresiva política arancelaria que puso en marcha Trump como para conseguir el apoyo del FMI.

En efecto, Milei y Caputo contaron con un respaldo político importante del gobierno de Trump para una negociación que, pese al buen diálogo que hubo siempre con Kristalina Georgieva, encontró resistencias en el staff del FMI por parte de funcionarios del organismo y países con voz y voto.

El rol clave del presidente de Estados Unidos se hizo notar en la reunión que aceptó tener el secretario del Tesoro, Scott Bessent, con Caputo, el secretario de Política Económica, José Luis Daza, y el director del Banco Central, Santiago Bausilli, semanas atrás y, más recientemente, con la confirmación de su visita a la Argentina para reunirse con Milei.

Bessent se reunirá con el Presidente el próximo lunes, con un timming muy conveniente para el Gobierno: será el primer día de apertura de los mercados después del anuncio sobre el acuerdo con el FMI.

El desafío para Javier Milei ante el electorado, entre la imagen del FMI y la inflación 

Más allá de la intención de capitalizar políticamente el acuerdo con el FMI, el desafío ahora para le Gobierno de cara a las elecciones es que el dólar oficial no se acerque al límite superior de la banda para que no se produzca el temido fogonazo inflacionario y que, de esta menara, el mensaje sobre los beneficios del apoyo del organismo sea leído en el sentido que quiere el oficialismo.

Independientemente del enfrentamiento con el arco opositor, el Gobierno necesita que los votantes entiendan el acuerdo con el FMI y sus consecuencias como una razón para apoyar a La Libertad Avanza en las urnas, algo que no es tan sencillo por la mala imagen que tiene el organismo en el país y que reflejan las últimas encuestas.

Por ejemplo, en el último sondeo de la consultora Analogías el 61,3% de los consultados se mostró en desacuerdo con que «Argentina tome más deuda con el Fondo Monetario Internacional» y que el 56,9% hizo un «balance negativo» sobre «la relación del país con el FMI desde que (Mauricio) Macri volvió a tomar deuda en 2018».

En tanto, como contó iProfesional otra encuesta reciente, esta vez de la firma Proyección, arrojó que en los últimos meses volvió a crecer la preocupación por la inflación entre los votantes. El 39,3% ubicó al aumento de precios como el segundo problema más grave detrás de la inseguridad, una tendencia que había caído pero que empezó a subir nuevamente en febrero. El dato de marzo no ayuda al oficialismo a revertir eso.

Con este escenario, el gobierno de Javier Milei intenta aprovechar el anuncio del nuevo acuerdo con el FMI como una noticia auspiciosa que refleja la confianza en su plan económico y la fortaleza del Gobierno en medio de la campaña electoral que ya empezó. El desafío está en que el mercado lo vea de la misma forma y esto se traslade a los votantes. La verdad empezará a conocerse el lunes.

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