San Lorenzo chocó contra la «magia» de Riestra: nada por aquí, nada por allá

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San Lorenzo chocó contra la «magia» de Riestra: nada por aquí, nada por allá

El Ciclón se quedó con las ganas y el Malevo sacó el cero que buscó sin disimulo en condición de local pero que no le aseguró la clasificación.

A su manera, San Lorenzo tuvo más ganas de ganar que Riestra. Pero se quedó en eso. De visitante pero no mucho, a solo dos cuadras de su estadio Pedro Bidegain que podía verse alzando la vista desde cualquier lugar, el Ciclón jugó mejor las pocas veces que pudo hacerlo y tuvo las situaciones más claras en medio de una tarde de escasez. Pero al final se llevó el mismo cero que el austero Riestra que no movió su línea de cinco del fondo, cortó y friccionó el desarrollo todo el tiempo y mal no le fue. 

El punto no le vino bien a ninguno. Riestra no terminó de cerrar su clasificación a los octavos de final que está próximo a conseguir (quedó quinto en la Zona B con veinte puntos). San Lorenzo tiene seis puntos más y ya está adentro. Pero quiere ir más arriba para asegurarse la condición de local en los cruces de octavos, cuartos y semifinales. Hizo todo el esfuerzo que le permitieron el esquema cerrado de Riestra y sus propias limitaciones. Y se topó con dos buenas atajadas del arquero Arce ante tiros desde afuera del área de Braida en el primer tiempo y con el travesaño que evitó en el segundo que un mal rechazo del zaguero Gallo se transformara en un gol en contra. 

Además, el Ciclón tuvo los mejores jugadores de la tarde. Iker Muniain fue de los pocos que antepuso el cerebro al músculo y que pensó la mayor parte de las veces. En el arranque lo tapó el barullo y tocó poco la pelota. En el segundo se movió con mas inteligencia, ubicó lugares vacíos que antes no detectaba en medio de la congestión y con un par de buenos pases cortos y largos, movió a su equipo y le dio una fisonomía diferente. Nada extraordinario. Pero sí lo suficientemente bueno como para resaltar dentro de un partido en el que San Lorenzo empezó muy bien cada período y después fue cayendo en la maraña que Riestra le teje a todos sus rivales, adentro y afuera de su cancha.

Será dificil Riestra si, como parece, se mete entre los dieciséis clasificados. El reglamento le permite apostar al cero en los noventa minutos y después, jugarse todos los boletos a los tiros desde el punto penal. Rival ingrato y mezquino como pocos, tampoco se le puede pedir que se inmole por la causa. Aunque podría buscar algo más, lo suyo es simple: empastarle los partidos a los rivales y después, ver hasta dónde le da. A menudo, le sale.

Contra San Lorenzo tuvo una sola situación, un remate de Cristian Paz luego de una serie de rebotes en el área azulgrana que salió cerca del palo izquierda. Antes y después hizo magia: nada por aquí, nada por allá. Con eso solo le bastó para empatar y sostener la esperanza de clasificarse. Pero lo poco bueno que tuvo la tarde lo hizo San Lorenzo. Debió haber ganado, pero se quedó con las ganas.

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