Por Candela Ramírez
Irene Gamboa es candidata a concejala por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores – Unidad (FIT-U), espacio que por primera vez puede tener representación en el Concejo municipal de Rosario.
Ocupa el quinto lugar de la lista que encabeza Carla Deiana y “por el cupo femenino y la rotación” que propone el FIT podría ocupar uno de los escaños durante parte del mandato de cuatro años si la nómina logra los votos necesarios en las elecciones del próximo 29 de junio.
—¿Cuáles son los proyectos que tienen desde la Izquierda para trabajar en el Concejo?
—El Frente de Izquierda, después de muchos años, por primera vez puede competir para entrar al Concejo. En esta coyuntura es muy importante porque creo que todos los partidos políticos tienen una representación ahí, lo único que falta es una representación de la izquierda.
La izquierda puede introducir algunos debates importantes de algo que por ahí muchas veces se habla pero pocas veces se baja a tierra, lo que significa que haya dos Rosario: una que tiene que ver con el centro, los bulevares, las torres de lujo y otra que tiene que ver con cómo vive la gente en los barrios, los laburantes que van todos los días a trabajar a las fábricas y las maestras que toman los colectivos para ir a dar clase a las escuelas.
Uno de los primeros proyectos que presentaríamos es poner en discusión el problema del transporte urbano de pasajeros, que hoy está licitado por empresas privadas y que para nosotros tendría que ser un transporte público, con salarios dignos para los trabajadores conductores de los choferes de colectivo que están agrupados en la UTA, el gremio que cada dos por tres lanza medidas de fuerza porque el sueldo no alcanza.
Sobre todo, necesitamos un transporte que sea económico para las personas que viajamos todos los días arriba del bondi y que el trazado de las líneas, adónde ingresan o adónde no ingresan las líneas, pueda ser discutido entre los trabajadores y los propios usuarios.
Creo que sería un paradigma totalmente distinto al que signa hoy el problema del transporte en Rosario, que está hecho en función del lucro y la ganancia. Por eso durante la pandemia se redujeron líneas que después nunca más volvieron o se unificaron y hay gente que tiene que caminar 10 cuadras para tomarse un colectivo para llegar a un centro de salud o tiene que tomarse varios colectivos para llegar a laburar.
Sería una de las primeras cosas que pondríamos en discusión en una ciudad que tiene sobradas ganancias para hacer un transporte que esté acorde a las necesidades de los trabajadores y de los usuarios, y no de una de un puñado de empresas que se llenan de guita a costa de un boleto carísimo y un sistema deplorable.
—¿Cómo ves el proceso de campaña electoral este año?
—Me parece que es una campaña que despierta poco interés y poca simpatía, porque la gente está muy preocupada pensando cómo va a llegar a fin de mes.
Por otro lado, hay mucha gente que desde un lugar honesto y sensible apostó por proyectos políticos que demostraron ser otra cosa. Me refiero quizás a aquellos votantes que ha tenido el Frente Progresista, por ejemplo, que hoy está totalmente aliado a las políticas de derecha de Pullaro y de Milei y que ha quedado poco representado. Son votantes que que quizá esperaban que se expresaran en las elecciones.
Creo lo mismo sobre un sector que apostó en algún momento a armados políticos como Ciudad Futura, un espacio político que terminó cerrando listas con los mismos de siempre. Fueron una elección constituyente con el mismo candidato Juan Monteverde encabezando una lista con lo peor del peronismo, con Alejandra Rodenas que fue vicegobernadora de Omar Perotti, con (Armando) Pipi Traferri que tiene investigaciones abiertas en relación al juego clandestino.
Me parece que todas esas cosas sumadas a que la política está muy alejada de hablar de lo que verdaderamente le pasa a la gente, hacen que haya un clima electoral muy frío y muy alejado de las necesidades y de los intereses que tienen las personas.
Nosotros apostamos a que el voto al Frente de Izquierda pueda ser también un canal de expresión para aquellas personas que quieran defender los valores de la educación pública y de la salud pública.
Somos un frente, por ejemplo, que rotamos nuestras bancas entre quienes somos parte de la lista. Entonces, en caso de entrar asumiría Carla Deiana pero en una cantidad de meses me tocaría asumir a mí. Y eso también es para pensar contra la idea de la casta y esos concejales que entran al Concejo y están diez, quince o veinte años y no se les conoce ni la voz ni sus proyectos ni nada, y que cada vez se alejan más de lo que significa vivir y transcurrir esta ciudad como laburante, como docente, como estudiante, como una persona a pie.
—Participaste de la concentración en Rosario contra el fallo de la Corte hacia Cristina Fernández de Kirchner. La Izquierda es uno de los pocos espacios adversarios del peronismo que estuvo; ¿cómo están dando ese acompañamiento y por qué? ¿Qué destacarías?
—En Buenos Aires junto a Myriam Bregman, Nicolás Del Caño, Christian Castillo, nuestros diputados nacionales, estuvimos participando en una movilización masiva y lo mismo hicimos acá en Rosario.
Nosotros somos opositores al peronismo, hemos sido opositores cuando fueron gobierno. Nuestros compañeros Nicolás Del Caño o Miriam Bregman han sido reprimidos en movilizaciones de los trabajadores de Kraft de la zona norte del Gran Buenos Aires. Denunciamos duramente la desaparición de Jorge Julio López bajo el gobierno de Néstor Kirchner.
Pero hoy nosotros consideramos que nuestra participación acá no es un apoyo ni al peronismo ni a la figura de Cristina Fernández de Kirchner, sino que es un apoyo necesario y urgente de tener que salir a pelear contra un fallo que consideramos proscriptivo.
Hay una Justicia que nadie eligió, tres jueces que nadie eligió, que están definiendo que una persona que es parte de quienes hoy encabezan la oposición al gobierno de Milei, después de decir que iba a ser candidata, sale un fallo en el cual se le prohíbe de por vida poder ser candidata. Es un fallo totalmente proscriptivo. Y creo que es la necesidad de buscar un régimen todavía cada vez más corrido a la derecha, un régimen más represivo.
Esta semana se le otorgaron nuevas facultades a la Policía Federal, algo totalmente repudiable. Ahora te pueden llevar detenido porque no les gusta cómo te vestís, no les gusta lo que tuiteás o lo que subís a tus redes sociales, entonces es totalmente grave.
Nos manifestamos en contra de la proscripción y sobre todo convocamos y exigimos que los sindicatos se pongan a la cabeza para convocar a un gran paro nacional para derrotar esto.
En Argentina ya ha habido otros fallos de la Corte que el pueblo en las calles ha sabido derrotar. Me acuerdo que al año y medio de haber asumido Macri quisieron hacer el 2×1 para los genocidas, para reducir las penas y hubo movilizaciones enormes en las calles y se logró vetar.
Hay que estar a la altura de las circunstancias porque hoy es una proscripción a Cristina y mañana puede ser una proscripción a cualquier otro candidato o a cualquier otro luchador o luchadora.
Estar en estas movilizaciones, en parte, es estar en defensa propia. Un puñado de jueces no puede decidir a quién quiere o no votar el pueblo argentino, quiénes pueden o no ser candidatos en una democracia que cada vez está más recortada en derechos. Votamos cada dos o cuatro años y sobre la mayoría de las cosas que discute el Congreso no pueden opinar las grandes mayorías. Y, de hecho, ahora mucho menos porque que haya pasado la ley Bases, incluso con votos del peronismo, implicó que se sostuviera un DNU por el cual el gobierno hoy define acerca de un montón de cuestiones importantísimas del país a través de un decreto.
Todos esos avances hay que frenarlos de una vez por todas. Es importantísimo que las centrales sindicales convoquen a un paro general para frenar esta posición proscriptiva y antidemocrática que va en contra de las libertades democráticas de nuestro pueblo.